El embotellado de bebidas aromatizadas a base de vino requiere una atención especial, sobre todo cuando se utiliza la misma línea que para los vinos tradicionales. Estas bebidas, elaboradas con la adición de aromas y otros ingredientes como azúcares, colorantes y mosto de uva, se distinguen por su composición, que incluye elementos no permitidos en la vinificación clásica.

Una de las principales preocupaciones es el riesgo de transferencia de aromas desde las bebidas aromatizadas al vino normal durante el embotellado. De hecho, estudios científicos recientes han evidenciado la posibilidad de que los compuestos aromáticos sean absorbidos por los materiales utilizados en las líneas de embotellado, como las juntas. Estos materiales, en particular EPDM y FKM, pueden retener sustancias como eugenol y α-ionona, frecuentemente utilizadas en la producción de bebidas aromatizadas. Si estos compuestos se liberan en los vinos posteriores, podrían suponer un riesgo legal, ya que las normativas europeas no permiten la aromatización del vino.

La limpieza de las líneas de embotellado representa un desafío importante. Aunque los protocolos de limpieza son generalmente muy rigurosos, las investigaciones muestran que en algunos casos no son suficientes para eliminar completamente los compuestos aromáticos absorbidos. Limpiezas más prolongadas y a altas temperaturas pueden reducir el riesgo, pero no garantizan una eliminación total.

Experimentos realizados tanto en plantas piloto como en líneas industriales han confirmado que la absorción y liberación de aromas es un fenómeno real. Sin embargo, el alto volumen de vino procesado reduce el contacto entre el líquido y las superficies impregnadas, minimizando el riesgo de alteraciones sensoriales.

A pesar de la posibilidad de transferencia, las técnicas modernas de limpieza y las condiciones operativas actuales permiten embotellar tanto vinos tradicionales como aromatizados en la misma línea, manteniendo los riesgos bajos. Esto evita la necesidad de instalar líneas de embotellado dedicadas, con claros beneficios en términos de costos operativos.

En conclusión, el embotellado de bebidas aromatizadas a base de vino requiere medidas preventivas y una gestión cuidadosa de las líneas de producción, pero con las atenciones adecuadas es posible mantener altos estándares de calidad para ambos productos.

 

 

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